Coronavirus: Dios y los ateos

CORONAVIRUS: DIOS Y LOS ATEOS

Yoel Kesep 21/03/2020

1- INTRODUCCIÓN

En estos días, todos hemos visto en redes sociales a los ateos mofarse de los cristianos usando a su favor la pandemia del coronavirus, según los ateos, si Dios existiera debería parar la pandemia, los creyentes por su fe no deberían aislarse en cuarenta, y los creyentes no deberían de recurrir a la medicina en caso de enfermedad.

Bueno, en realidad esos "argumentos" ateos son tan malos que solo ellos mismos ven valor alguno en semejantes sofismas, el cristianismo histórico es inmune ante dicha argumentación pobretona promovida en estos días por los ateos.


2- SOBRE LA PANDEMIA

Dios creó un universo donde todo se rige por causa y efecto, por lo tanto, todo lo sucedido dentro de nuestro universo debe fluir de acuerdo a la causalidad. Por regla general Dios permite que todo siempre siga su curso.

Si se desata una pandemia (causa) eso debe seguir su curso lo cual serian personas infectadas (efecto) eso así debe ser porque el universo en el que vivimos es un universo regido por la causalidad.

Por regla general Dios permite que todo en el universo siga su curso causal, solo a veces él interviene, y cuando eso sucede, es una excepción a la regla general.

¿Podría Dios detener la pandemia? pues según la teología cristiana, Dios es Pantokrator [1] (todo poderoso) así que claro que él tiene el poder para eliminar toda la pandemia, pero eso solo sucedería si Dios en su voluntad soberana decidiera intervenir en los eventos causales del mundo, haciendo una excepción a la regla.


2- CREYENTES Y AISLAMIENTO PREVENTIVO

El hecho de que una persona sea creyente, no significa que no debe tomar medidas de precaución para cuidar su salud. Si existen enfermedades que son contagiosas, es obvio que el aislamiento evitara que la enfermedad se extienda por medio del contacto, los creyentes desde el antiguo testamento utilizaban el aislamiento de enfermos para evitar así los contagios, como dijo Christian Hofreiter:

"Ya en el Antiguo Testamento encontramos regulaciones de cuarentena muy estrictas para quienes padecen enfermedades infecciosas (ver Levítico 13). Entonces, cuando los cristianos siguen el consejo médico y del gobierno para, por ejemplo, reducir drásticamente todos los contactos sociales, esto no es una expresión de incredulidad. Más bien, es una demanda de sabiduría y, especialmente, de amor vecinal. La ecuación es simple y aleccionadora: cuanto más plana es la tasa de infección viral, menor es el número de personas vulnerables que morirán" [2]

Incluso las medidas para evitar enfermedades contagiosas de los judíos estaban muy adelantadas para su época, el infectólogo W. Ledermann escribió un artículo titulado "Notas para una Historia de la Higiene tomadas de la Biblia" en el cual señaló:

"Aparecen, fundamentalmente en el Levítico, numerosas recomendaciones, disposiciones y reglas que Moisés, invocando la autoridad de Yahvé, entregó al pueblo que salía de Egipto en pos de la Tierra Prometida, comprendiendo eliminación de excretas, alimentos recomendables y no recomendables, y aislamiento de enfermos en el caso de enfermedades que consideraban contagiosas. También se detallaban en ellas la descontaminación de ropas y de casas, al igual que de otros objetos que habían estado en contacto con elementos estimados impuros. Algunas de estas disposiciones, entre ellas las relativas al aislamiento de los enfermos, hoy nos parecen adelantadas a su época" [3]


3- CREYENTES Y EL USO DE MEDICINA

El cuerpo humano se enferma, pero se puede desarrollar medicinas que ayudan al cuerpo a recuperarse, los creyentes siempre han hecho uso de la medicina, se sabe que los romanos usaban vinos medicinales, creados específicamente para tratar algunas enfermedades, por ejemplo, el filósofo Cicerón en su obra De natura deorum escribió sobre ello.

B.W. Richardson escribió que los antiguos romanos tenían nueve clasificaciones distintas para los vinos, una categoría pertenecía específicamente a vinos medicinales [4] James Emmons en su libro de historia romana escribió que: los remedios hechos de vino tenían fama particular, Plinio el Viejo, entre otros escritores, dedicó mucho espacio a los vinos medicinales. [5]

El apóstol Pablo le recomendó a un cristiano discípulo suyo el uso de vino medicinal para tratar su enfermedad, Pablo escribió:

"Ya no bebas agua sola, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades" [6]


4- CONCLUSIÓN

Desde un efecto podemos conocer su causa, como escribió el filósofo Aquino:

"Cuando un efecto nos es más manifiesto que su causa procedemos al conocimiento de la causa a través del efecto. Ahora bien, a partir de cualquier efecto se puede demostrar que existe su causa... Porque, al depender los efectos de la causas, dado el efecto, es necesario que la causa preexista. De manera que la existencia de Dios, en cuanto no es evidente por si mismas para nosotros, es demostrable a través de los efectos conocidos por nosotros" [7]

Desde los efectos que percibimos en el universo podemos conocer la causa primera de la cual depende el universo, en el universo vemos efectos como contingencia, causalidad, causas finales. De lo contingente inferimos la existencia un ser necesario, de lo natural orientado a fines (telos) deducimos la existencia de un ser inteligente, y de la cadena causal que no puede in a atrás al infinito (ad infinitum) sabemos de la existencia de una primer causa incausada, así que la primer causa de la cual depende nuestro universo físico-material es una causa "eterna incausada e inteligente" [8]

Una causa creadora eterna incausada e inteligente es lo que conocemos como "Dios". Y eso es demostrable ante la razón, por eso el científico Joseph Priestley (el descubridor del oxígeno) afirmó:

"Cuando decimos que hay un DIOS, queremos decir que hay una causa de diseño inteligente de lo que vemos en el mundo que nos rodea, y un ser que no fue causado" [9]

Así que, el hecho de que haya una pandemia y el creador no la elimine, no suprime la existencia de Dios, el hecho que los creyentes en Dios se aíslen de la pandemia y acudan a medicina, tampoco elimina ni suprime la existencia de Dios, Dios existe y esos hechos mencionados anteriormente no favorecen en nada al ateísmo militante, todo lo dicho por los ateos en contra del teísmo cristiano basado en la pandemia actual, como siempre, no tiene sentido.

Los cristianos siempre deben tomar medidas de seguridad para evitar contagios, Martin Lutero el padre de la reforma durante la peste negra escribió:

"Fumigaré, ayudare a purificar el aire, administraré la medicina y la tomaré. Evitaré lugares y personas donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme, y por lo tanto, infligir y contaminar a otros y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios quisiera llevarme, seguramente me encontrara y he hecho lo que espera de mí, por lo que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de los demás. Sin embargo, si mi vecino me necesita, no evitare el lugar o la persona, iré libremente como se indicó anteriormente" [10]

Pd: Para información científica acerca del coronavirus y algunos consejos de prevención, ver: https://refutandoelateismo.blogspot.com/2020/03/coronavirus-ya-es-una-pandemia-yoel.html

Yoel Kesep 21/03/2020

Notas:

[1] Παντο (Panto: todo) κράτωρ (Kratos: poderoso) se usa con frecuencia para "Dios" en el Antiguo Testamento griego (LXX) y en los primeros escritos judíos.

[2] Christian Hofreiter, Coronavirus: A Biblical, Historical Perspective, March 16, 2020

[3] W. Ledermann, Notes for a History of Hygiene taken from the Bible, Rev. chil. infectol. vol.33 no.4 Santiago ago. 2016

[4] B.W. Richardson, On Alcohol: A Course of Six Cantor Lectures Delivered Before the Society of Arts, 1875 p. 7

[5] James Emmons, Artifacts from Ancient Rome, 2014 p. 44

[6] 1 Timoteo 5:23

[7] Tomas Aquino, Summa Theologica, I, q. 2. A. 2, c

[8] Para más detalles consultar: el argumento de la contingencia, el argumento teleológico, el argumento de la primer causa

[9] Joseph Priestley, Institutos de religión natural y revelada: a lo que se prefija, un ensayo sobre el mejor método para comunicar el conocimiento religioso a los miembros de las sociedades cristianas, 1782 p. 5

[10] Luther's Works: Devotional writings, 1955 p. 132